domingo, 7 de abril de 2013

Eggy bread

¡Muy buenas tardes a todos/as!

Después de un mes a tope de faena, por fin vuelvo con nuevos caprichos para endulzar nuestras meriendas, y novedades que nos serán útiles saber a la hora de cocinar!

La receta que os traigo hoy es una variante adaptada de los famosos "eggy breads", muy similares a las torrijas de toda la vida, vamos, pero totalmente aptos para intolerantes a la lactosa, fructosa y sorbitol. Así pues, ¡manos a la obra!

Ingredientes:

- Pan (puede ser de molde o normal); en nuestro caso, utilizaremos pan de molde.
- Huevos (la cantidad varia según el tamaño y cantidad de pan); nosotros utilizaremos un huevo cada 
  2-3 rodajas de pan.
- Bebida de arroz (avena o soja): 1 vaso de bebida de arroz por cada huevo utilizado.
- Glucosa en polvo: una cucharada por cada huevo y vaso de bebida de arroz utilizados.
- Canela.
- Aceite.


Realización:

Con todos los ingredientes y herramientas preparados, batimos un huevo en un plato hondo; una vez batido el huevo, añadimos un baso de bebida de arroz y lo mezclamos bien todo; en este punto hay que puntualizar que podemos utilizar bebida de avena o de soja si lo preferimos. Respecto a la cantidad de bebida de arroz, yo os he escrito que utilicéis un baso por cada huevo batido: esta medida variará al gusto de cada uno, pero es importante que la mezcla con el huevo quede más liquida que con el huevo solo, de modo que el pan lo absorberá mejor y quedará más esponjoso.

Cuando tengamos bien mezclados el huevo batido y la bebida de arroz incorporamos 1 cucharada sopera de glucosa, y ésta es una de las novedades que os traigo hoy! En anteriores entradas habíamos utilizado la Stevia como elemento edulcorante para dar un toque dulce a nuestras recetas; pues bien, la Stevia es un edulcorante de origen vegetal, útil para recetas "frías", y tiene un sabor que recuerda un poco al regaliz. El problema que presenta la Stevia es que no es termoestable, y no es útil en recetas que van a necesitar temperaturas elevadas durante el proceso de elaboración. Para solventar este problema, podemos utilizar la GLUCOSA, que también da un sabor dulce, no recuerda para nada al regaliz, y si es termoestable!

La glucosa la podréis comprar única y exclusivamente en las farmácias, y os la podrán servir en polvo o en formato líquido, y en diferentes tamaños de envase. Yo os recomiendo encarecidamente que utilicéis glucosa en polvo que no pierda sus propiedades con la temperatura; la cantidad de glucosa que se suele utilizar es de 73 gramos por cada 100 gramos de azúcar, pero podemos poner la cantidad que queramos según queramos dar un toque más dulce o más sutil. Os pongo una foto para que sepáis que tenéis que comprar:


Éstos son los potes de 1 kg y 250 gr respectivamente. Yo os recomiendo que cuando vayáis a la farmacia a comprarla preguntéis primero el precio... ¿porqué? Bueno, la primera vez que compré el pote de 1 kg me cobraron 25 euros por él, y ignorante de mi lo pagué; resulta que en otra farmacia la encargué, y la misma cantidad y igual marca me cobraron 12 euros el quilo! En un pueblecito lo llegué a encontrar a 10 euros, pero era un lugar de paso, con lo que no volveré a comprarlo allí, pero vale la pena que comparéis precios antes de comprar. Respecto el pote pequeño de 250 gr, fue comprado en el mismo pueblecito de paso, y costó 6 euros, así que comparando un poco os ahorraréis dinero y vale la pena.

Finalmente, a la mezcla le añadimos canela al gusto; este punto es opcional, y la podéis sustituir por vainilla o no añadir ningún aroma.

Llegados a este punto, tenéis que bañar el pan en la mezcla líquida que acabamos de hacer. Si utilizáis un pan de molde, éste se empapará más rápidamente que un pan de barra. Mojad el pan y empapadlo más o menos según prefiráis. Yo he utilizado un pan de molde de marca Bimbo; existen dos opciones respecto al pan, una totalmente apta para gente con intolerancia a la lactosa, fructosa y sorbitol, y otro pan de molde que lleva azúcar. Aquí os dejo la foto del pan de molde que lleva un poco de azúcar (es sin corteza)... por algún motivo que todavía no está muy claro, en ocasiones (no siempre) los intolerantes a la fructosa pueden tolerar el azúcar común (también llamado sacarosa, formado por fructosa+glucosa), es decir, la fructosa asociada a la glucosa se metaboliza mejor. Mañana os colgaré la foto del pan de molde totalmente apto, y en función de vuestro grado de intolerancia podéis elegir un pan u otro.



Una vez hemos hidratado el pan con la mezcla líquida de antes, ponemos un poco de aceite vegetal en una sartén y freímos el pan por las dos caras. Este paso no durará más de 3-4 minutos por rebanada de pan. ¡Ya tenemos nuestra merienda lista para el ataque!:



¡Muy buen provecho y que sea de vuestro gusto! ¡Probadlo en casa, no tiene desperdicio y os encantará la textura y sabor!